lunes, 3 de junio de 2013

JUNIO 2013. INICIO. Siendo una recién nacida, Emilia fue abandonada a las puertas de un orfanato en el que ha crecido rodeada de cariño por las monjas pero también llena de odio y resentimiento pues mientras transcurrieron diecisiete años nadie la adoptó. Nadie se interesó en ella y aún en contra de su voluntad ha tenido que ayudar a las monjas a criar y cuidar de otras niñas para que éstas sean adoptadas. Emilia tiene la certeza de que es hija de gente muy rica y que a eso se debe su indiscutible belleza por lo que jura a Catalina, otra muchacha en su situación y su mejor amiga, que cuando salga del orfanato hará todo lo posible por encontrar a quienes la abandonaron y vengarse de ellos. Y la gran oportunidad llega en una convivencia de navidad que las monjas organizan para sus benefactores pues allí el apuesto empresario Guillermo De la Riva, quien jamás pudo tener hijos con su mujer, Ana Maria, quien siempre se sintió culpable por su incapacidad para ser madre. 

Cuando Guillermo conoce a Emilia, queda impresionado por la belleza de la muchacha, quien se da cuenta de que el hombre ha sido seducido por sus dones físicos y decide hablar con él, llorando a mares y asegurándole que dentro de poco, si nadie la adopta, ella será echada a la calle al cumplir su mayoría de edad y tendrá que arreglárselas sola en el mundo, sin nadie que la proteja y sin el calor de una familia. Es por ello que Guillermo habla con la madre superiora y le pide que le permita adoptar a la muchacha a cambio de un fuerte donativo. La monja le hace ver que Emilia será mayor de edad dentro de muy poco y que quizás él lo que necesita es adoptar a alguien menor. No se percatan de que Emilia los espía y mira a la madre superiora con odio y luego acude a la capilla, donde jura ante Dios que la adopten o no ella hará todo lo posible por encontrar a sus padres millonarios y ser inmensamente rica. Más que todos aquellos que durante años la despreciaron, como la madre superiora. Emilia es interrumpida por la madre superiora, quien le dice que, como un milagro, pronto dejará el orfanato y será adoptada por Guillermo De la Riva, quien finalmente la ha convenvido. Emilia celebra con Catalina, con quien hace la promesa de que muy pronto se volverán a ver pues de inmediato Guillermo lleva a Emilia a vivir a su casa. En el trayecto, la muchacha le agradece y le jura que será una buena hija mas le pide un favor muy grande: Que la ayude a cambiarse el nombre, pues al dejar atrás su triste pasado también desea dejar atras el nombre que durante tanto tiempo de amargura cargó. El hombre acepta y le dice que la llamará como él hubiera llamado a su hija: Raquel. Llegan a casa, donde la presenta como Raquel ante Ana María, quien está gravemente enferma pero a pesar de ello feliz de tener compañía en la casa, pues desde ese momento la ahora Raquel es en lo que se convierte: en la dama de compañía de una mujer enfermiza que en muy poco tiempo la hostiga y le causa repulsión, dándose cuenta de ello la propia Ana Maria, quien celosa por tanto cariño hacia la muchacha, de parte de Guillermo, siente celos de Raquel, y también Gertrudis, empleada de confianza de la familia, quien asegura a la muchacha saber de la antipatía que siente por la señora de la casa, Ana María, la cuál es mutua. Raquel se sincera con la sirvienta y le asegura que sí, que Ana María con su enfermedad se ha vuelto un fastidio para ella y que goza dándole celos, pero que eso muy pronto acabará y será la misma Raquel la única y verdadera señora de la casa. Gertrudis, asombrada, acude a la enferma Ana María, a quien le dice que su hijastra, Raquel, es el mismísimo diablo y está dispuesta a arrebatarle al marido. Ana María exige a Guillermo que eche a Raquel de la casa pero el hombre se niega y pasa demasiado tiempo con su hija adoptiva, a quien consiente en todo, hasta conseguir cambiar la identidad de su ahora hija, a la que no puede sacarse de la cabeza. Piensa demasiado en ella y cuando vuelve a casa para hacerle entrega de los papeles que avalan su nueva identidad así como que él y Ana María son sus padres, al acudir a su habitación la descubre bañándose, desnuda, sin notar que ella, ambiciosa, por medio de un pequeño espejo lo observa. Desde entonces Guillermo no pude evitar verla como mujer y sentirse nervioso cuando la muchacha, con propósitos de seducirlo, estruja su cuerpo contra el de él haciendose pasar por una inocente que solo desea el cariño de un padre, hasta el punto de enloquecer al hombre pues él no puede verla como una hija si no como una mujer, alejándose cada vez más de su enfermiza esposa, quien no logra evitar que en el cumpleaños 18 de Raquel, Guillermo gaste demasiado para celebrar a su hija y presentarla ante sociedad. En ese cumpleaños Raquel conoce al hombre que le hace palpitar fuertemente el corazón: Lisandro Montecinos, un joven y prominente abogado que también queda deslumbrado con la belleza de la muchacha, a quien trata y con quien tiene un affair. Con el tiempo ella se enamora perdidamente y decide entregarse a él viendose ambos a escondidas, segura de que se casarán muy pronto pues él así se lo promete. El corazón de Raquel se quiebra cuando él le envía una carta diciéndole que se irá al extranjero durante un largo tiempo y que eso impedirá que se vean. Cúal es la sorpresa de Raquel cuando una mañana, al desayunar con la familia, Gertrudis, a propósito, pone en la mesa el periódico que hace estremecer a Raquel cuando en él lee que Lisandro está casado con una rica heredera con la que tiene tiene un hijo. Enloquecida por la verdad, acude a buscarlo en su oficina, donde llorando le asegura que está dispuesta a ser su amante con tal de que no la deje pero él le hace ver que lo suyo no puede ser y que si la hizo suya fue porque lo enloqueció, porque en realidad se enamoró de ella, pero sus intereses primordiales son su familia y su carrela, pues quiere llegar lejos. Raquel parece enloquecer, le suplica de rodillas que no la deje, aferrada a él, quien ante las miradas de los demás la manda a echar. Gritando, Raquel le jura que se vengará de él por haberla burlado y su ira la descarga día a día sobre Ana María, quien se encuentra cada vez más enferma y a quien un buen día la malvada Raquel confiesa estar harta de cuidarla pues pareciera que lo que adoptaron no fue una hija a si no una enfermera, una dama de compañía que haga menos aburrida su soledad mientras termina de morir. Ana Maria no entiende cómo es que la muchacha se revele siendo que ella y su marido solo le hanbrindado su amor. Raquel le asegura que el amor no es suficiente y que solo el dinero puede lograrlo todo. Ambas discuten, Ana María se pone terriblemente mal y pide a Raquel que llame a Gertrudis y a su doctor pero la muchacha no lo hace. Ana María intenta tomar sus medicinas pero caen al suelo. Pide a Raquel que se las de. Ella no mueve un solo dedo y cuando su madre adoptiva se arrastra sobre el suelo para alcanzarlas, con el pie, Raquel las aleja más. Ana María muere entonces ante la presencia de Raquel, quien la mira asombrada pero después sonríe para entonces serciorarse de que nadie se encuentre en casa y salir. En esa salida se lleva una amarga impresión pues ve a Alejandro feliz con su mujer y cargando en sus brazos a un recién nacido. Llora amargamente y lo maldice por haberla engañado durante el mismo tiempo que le prometió amor a la que hizo su mujer. Jura que un día se vengará de él. Cuando llega a casa, se asusta al ver a una ambulancia. 

Gertrudis llora y Guillermo se encuentra entristecido. El hombre le dice a su hija que Ana María tuvo una crisis y se puso muy mal, pero que afortunadamente no murió. Raquel entonces cree que debe actuar pues Ana María puede descubrirla. Y es así. En el hospital la mujer intenta decirle a su marido que su hija adoptiva no es como ellos creían y que en el fondo es mala, pero po una u otra razón, a demas de no tener fuerzas, le es imposible advertir al hombre, por lo que horas más tarde, al estar sola, recibe la visita de Raquel, quien se ha disfrazado de enfermera para hacerle saber a su madre que no permitirá que la delate por lo que toma una almohada y la asfixia hasta serciorarse de que la mujer ha muerto, causando un daño irreparable a Guillermo, quien sufre la pérdida de su mujer, mientras Raquel sufre la pérdida de Lisandro.

Gracias a la alegría de Raquel, Guillermo se repone a la muerte de su mujer, volviéndose la muchacha todo su mundo y su orgullo. Un día Raquel se atreve a acercarse tanto a él que lo besa. El hombre se deja seducir por la chiquilla, quien le dice que a pesar de que él la adoptó como hija ella nunca ha podido dejar de desearlo como hombre. Ambos terminan en la cama en la que se revuelcan y Guillermo, lleno de culpa, se confunde y no sabe qué hacer. Raquel le propone que ante la sociedad sean padre e hija, pero dentro su casa, en su soledad, sean marido y mujer. Lo besa ardientemente.

Pasan muchos años y, convertida en una radiante y elegante mujer joven, Raquel De la Riva vuelve locos a todos los hombres que admiran su belleza y quienes se preguntan el porqué jamás se ha casado y se ha mantenido al cuidado de su padre, Guillermo, quien recibe la visita de su abogado y amigo Evaristo Altamirano, quien le dice que su fortuna está perdida pues se dedicó a derrochar y malgastarla por cumplir los caprichos de su hija. Guillermo asegura que Raquel lo merece todo pues es la mejor de las mujeres. Evaristo no entiende como su amigo pueda referirse a su hija como su mujer y no como lo que es. Guillermo le confiesa al hombre que Raquel no es su hija natural, si no adoptiva, y que desde que él enviudó ella lo ha cuidado y protegido. Le ha dado lo que nadie. Evaristo se asombra al descubrir que, desde que enviudó, Guillermo y su hija han vivido como un matrimonio. El hombre, con risas, le pide que se relaje y le asegura que él debería hacer lo mismo: Buscar una mujer joven que lo reavive y le haga sentir lo que es la verdadera pasión.

Raquel tiene encuentros amorosos con Germán Altamirano, hijo de Evaristo, quien ha sido su amante durante mucho tiempo a pesar de ser menor que ella. Los dos hablan del viejo Guillermo, del que Raquel asegura estar cansada pero amar como lo que es, un padre excelente que ha dado por ella absolutamente todo. Cuando Germán le pregunta a la mujer porqué no se ha casado, ella culpa a Guillermo, asegurando que el hombre siempre le espantó a todo pretendiente, celoso y temeroso a que la hiceran sufrir. Germán asegura amarla, desde el primer instante en que la vio. Se besan y son interrumpidos por Gertrudis, quien le da tremendo susto. La mujer les sirve unas bebidas y les avisa que Evaristo se encuenta camino a ellos. Cuando Evaristo se presenta para decirle a su hijo que se retiran, mira a Raquel con un desprecio tal que la mujer se da cuenta de que el hombre sabe algo por lo que acude a Guillermo, a quien pregunta de qué ha hablado con su abogado. Guillermo le confiesa que Evaristo está al tanto de lo de ellos mas asegura que su amigo no hablará.

Gertrudis conserva una fotografía de Ana María. La contempla suspirando por el pasado y luego sonríe al ver una imagen de Raquel. La mujer acepta que con el tiempo la hija adoptiva y mujer de su patrón se ha ganado su simpatía y respeto, pues la admira por salirse siempre con la suya y eso se ha ganado que le sea fiel, tan fiel como para permanecer con ella durante años y sacar provecho de eso, segura de que la muchacha llegará lejos.

Raquel no olvida a Lisandro y sufre por su desprecio. Ante un espejo jura que utilizará su belleza para aprovecharse de los hombres y convertirse en una mujer rica y poderosa que tenga al mundo a sus pies.

Germán le dice a su padre estar perdidamente enamorado de Raquel. Evaristo le prohíbe que continúe viendo a esa muchacha la cuál no es más que una farsante que los ha tenido engañados a todos al igual que Guillermo. No dice más a su hijo, quien le asegura que Raquel es buena y dulce. Jura que se casará con ella, aunque tenga que luchar contra el terrible rival al que Raquel le ha asegurado que desprecia: Braulio Lanfranco, un poderoso político que hizo fortuna engañando y estafando a los demás y se obsesionó con la belleza de Raquel desde que la vio en una fiesta y desde entonces no ha dejado de visitarla seguro de que ella le corresponderá.

Guillermo muere y en su entierro Raquel tiene un encuentro con Lisandro, quien se ha presentado a darle el pésame. Le pide que olviden el pasado y se ofrece ser su abogado y ayudarla en todo cuanto pueda pero Raquel no confía en él. Lisandro la acompaña hasta su casa, donde le cuenta que se está divorciando pues lo pasa muy mal al lado de su esposa. Seduce a Raquel al darse cuenta de que ella todavía lo ama. Raquel cae en su juego y se deja besar. Ambos terminan en la cama y ella decide poner su fortuna en sus manos por lo que comienzan a frecuentarse cada vez más, rechazando ella a Germán, quien le arma escenas de celos y llega incluso a enfrentarse a Lisandro, con quien se va a los golpes siendo el primero el vencedor. 

Braulio Lanfranco descubre que Lisandro está robándole dinero a Raquel, a quien hace una visita, reiterándole cuán dispuesto está a casarse con ella y hacerla feliz. No es correspondido, por lo que el hombre habla con Gertrudis y ésta le dice que la muchacha ama a Lisandro. Braulio entonces tiende una trampa al abogado y lo desenmascara ante Raquel, a quien le demuestra que su amado solo le está robando y lleva una buena relación con su esposa. Lisandro pide perdón a Raquel, quien lo echa de su casa y llora amargamente a solas mas Gertrudis le aconseja que se case con Braulio, el cuál la haría dulpicar su cuantiosa fortuna. Es entonces que la muchacha cita al hombre en su casa y ambos hablan de sus planes futuros. Los interrumpe Gertrudis, quien le avisa a la Raquel que tiene visitas: Germán Altamirano, quien despierta los celos de Braulio, el cuál cuestiona a Raquel sobre su relación con el muchacho. Ella asegura que Germán es un simple amigo. Cuando la ella se marcha, Braulio cuestiona a Gertrudis y ésta le asegura que entre los muchachos siempre ha existido solo una amistad, mientras que Germán muere de celos al saber que Braulio se encuentra en un privado aguardando por Raquel, a quien le confiesa su amor. Le pide que se case con él, que le de una oportunidad, más ella le dice que él no le puede ofrecer todo aquello a lo que está acostumbrada pues es un parásito de su padre. Entonces Germán la besa por la fuerza, intenta hacerla suya, pero Raquél se resiste y al empujarlo éste pierde el equilibrio y al caer se pega con el filo de un mueble. Raquel acude a su lado, le suplica qu eno muera, que no le haga eso. Él, moribundo, le dice que pudo darle más de lo que ahora ella tiene, ya que Guillermo no pudo haberle heredado nada pues estaba arruinado. Raquel se estremece al enterarse. Reacciona y acude a Braulio, a quien le dice que se casará con él si la ayuda a no verse involucrada en la muerte de Germán, contándole lo sucedido. El hombre asegura que nadie sabrá lo que sucedió en su casa y él mismo llama a gente de su confianza para que se deshaga del cuerpo de Germán, el cuál es encontrado muerto en un barranco dentro de su auto, destruyendo a Evaristo, quien en el funeral corre a Raquel culpándolo de la obsesión de su hijo, quien siempre fue rechazado por ella, la cuál no es más que un golfa, una farsante. Raquel está a punto de cachetear al hombre pero él la detiene y le asegura saber su secreto: La verdadera relación que tenía con su padre, Guillermo. Ante las miradas de todos, Raquel sale huyendo y al caminar por la calle de noche, perdida en sus pensamientos, casi es atropellada pero una muchacha que la reconoce: Catalina, quien trabaja como secretaria y a quien Raquel desde ese momento decide ayudar llevándola a su casa donde Gertrudis la recibe y da a Raquel la notificación de que debe abandonar la casa en una semana pues el banco la ha embargado. Raquel no puede creer que haya quedado en la ruina y maldice a Guillermo. Reacciona y corre a los brazos de Braulio, al cuál solo le dice mentiras para causarle compasión. Él la lleva a un lujoso departamento que ha comprado exclusivamente para ella y que será su hogar mientras se casan. Es así que Raquel comienza una nueva vida al lado de Gertrudis y Catalina, quienes la ayudan con los preparativos de su boda los cuales se ven empañados cuando, tras sufrir un desmayo, Raquel acude al médico y éste le dice que a pesar de haber reglado ella tiene cinco meses de embarazo. Raquel se aterra, sabe que ese hijo es de Lisandro y llora ante sus amigas, a quienes dice no poder decirle la verdad a Braulio, quien la cree virgen por lo que para ganar tiempo y hacer las cosas bien, la muchacha se las ingenia para que el hombre la mande a hacer unas compras en el extranjero, donde desea pasar un mes antes de volver para terminar con los preparativos de su boda. Braulio le da el dinero suficiente para irse pero la muchacha simplemente se va con Catalina al norte del país, donde aguarda para dar a luz a una preciosa niña que le entrega a su amiga, pidiéndole que huya lejos con la criatura, dándole todo el dinero que Braulio le regaló. Tras ello, Raquel llama por teléfono a su prometido, al que le pide que la recoja en el aeropuerto de la ciudad, a la que llega vestida finamente, despertando las miradas de los hombres y llenando de orgullo a su futuro marido, con el que se casa en una lujosa recepción a pesar de que Evaristo acude al hombre para contarle el pasado de su futura mujer pero Braulio hace caso omiso. A él no le importa el pasado de Raquel. A él solo le importa tenerla, poseerla y presumirla. Por fon se casan y a la recepción de la boda acude Lisandro, de quien Raquel todavía está enamorada. Él la felicita por casarse con un hombre mayor seguro de que ese hombre le dará todo cuanto merece. Ella sin embargo le desea lo peor y le jura que un día se vengará por lo que le hizo, pues ella le entregó su corazón, su pureza, su inocencia y hasta su dinero. Lisandro le asegura que a pesar de que ha pasado el tiempo y ella lo cree un ladrón él la sigue amando como la primera vez. La besa y ella intenta resistirse pero finalmente accede, aferrándose a él y proponiéndole que en ese momento los dos huyan juntos. Son casi descubiertos por Braulio pero Lisandro termina huyendo mientras que Braulio, al encontrar sola a su esposa, le pide que regrese a la fiesta que ha hecho en su honor. Los dos bailan el vals. Braulio la besa y ella llora en silencio pues no puede arrancarse del corazón a Lisandro, su primer y único gran amor. Desde entonces Raquel comienza una nueva vida al lado de Braulio, con quien viaja por el mundo llenándose de grandes lujos, joyas, pieles y también importantes propiedades, fama y fortuna, todo a cambio de que él pueda presumirla y tener la admiración de los demás en los casinos en los que acostumbra apostar, pues los caballeros siempre se sorprenden ante la monumental belleza de Raquel, a quien al paso de uno años conoce el detestable, horripilento y millonario magnate Enrico Ruvalcava, quien desde que pone los ojos en Raquel no deja de obsesionarse con ella. El hombre es sucio y ruin, por lo que se las ingenia para hacer negocios con Braulio, a quien embauca y promete sacar de su deuda a cambio de su mujer. Braulio se niega pero su desesperación es tal que decide darle a Enrico una noche de placer con su esposa, por lo que le tiende una trampa a Raquel, quien al darse cuenta de que está haciendo el amor con un hombre que no es su marido, lo abofetea. Enrico la amenaza mas ella no tiene miedo. 
El hombre entonces le confiesa sus sentimientos y ella, con tal de vengarse de Braulio hace un trato con el hombre: Será completamente suya si la ayuda a llevar a la ruina a Braulio y que ella se quede con toda su fortuna por lo que entre ambos confabulan un plan en complicidad con Gertrudis, con quien Raquel cada vez cuenta más y más grandes fajos de dinero con los que se va enriqueciendo mientras que Braulio, adicto al juego y en deuda con Enrico, al que cree su amigo, va perdiéndolo todo hasta que un día se entera de que se ha quedado en la ruina y no tiene con qué pagar sus deudas. Acude a Enrico pero éste le da la espalda, feliz, seguro de que ha llegado el día en que pueda tener en su cama a su vigorosa mujer, mientras que, desesperado, Braulio llora ante Raquel, a quien le dice que ha quedado en la ruina y le suplica que le de dinero de su cuenta para pagar la fortuna que apostó. Raquel, endurecida, se niega y le dice que no puede seguir siendo la esposa de un perdedor que ya no tiene nada que darle por lo que lo mejor que puede hacer es darle el divorcio. Braulio se niega rotundamente y le asegura que si no lo ayuda entonces dirá la verdad que sabe: Que ella es la responsable de la muerte de Germán Altamirano. Dura, Raquel lo reta a que lo haga y le recuerda que él fue su complice por lo que ella con dineero saldría muy pronto de la cárcel comprando a la justicia, mientras que él se pudriría allí encerrado de por vida. También le recrimina el haberla vendido para pagar una deuda. Él, llorando, le asegura que sin ella la vida no vale nada. Raquel, mordaz, le contesta que para ella la vida con un hombre arruinado vale menos.La ambiciosa mujer ordena a Gertrudis que eche a la calle las pertenencias de ese hombre el cuál ya no vale ni sirve para nada. Braulio asegura que llegará un día en que la mujer conozca a un hombre del que se enamore con tal intensidad que también pierda la cabeza y con ello la cordura y hasta su dinero. Braulio se marcha con sus cosas, cae una tormenta. Gertrudis se acerca a Raquel y le pregunta qué es lo que ha pasado. Raquel le responde que pasa que el dinero jamás dura en manos de los estúpidos. Raquel camina hacia su habitación. Abre la puerta, entra y la cierra. Recuerda las palabras de su marido y derrama una lágrima asegurando que ya ha perdido la cabeaza por un hombre y que ni con todo el dinero puede pagar el precio de ese amor que la hace sufrir: Lisandro Montecinos. Toma su teléfono, llama a Enrico y le dice que está lista y dispuesta a pagar su deuda. Llega a la casa del hombre y éste le da un anillo de diamantes proponiéndole que sea su esposa. Raquel sonríe, coqueta y perversa. Lo besa y al poco tiempo se casa con él sin sospechar la casi triste vida que le espera al lado del hombre, quien conforme envejece, celoso y posesivo la tiene bien vigilada y llega a golpearla y hasta violarla pero Raquel resiste y para cuando ya es una mujer madura se vuelve inseparable de él, ayudándolo a administrar los casinos que éste posee y jurándole que lo amará por siempre aunque en el fndo jura que lo arruinará. Y termina haciéndolo, al grado de causar su propia muerte, envenenándolo lentamente y sin que nadie la descubra. Con la muerte de Enrico queda en la ruina Willy, el hijo de éste, quien acusa a Raquel de haber matado a su padre y le reclama lo que le pertenece. Como Willy siempre le causó conflictos a la mujer, desde que era un muchacho, ella solo se burla de él y le arroja unas monedas en la cara asegurándole que esa será la primera de muchas limosnas que tendrá que pedir porque lo ha dejado sin nada. Raquel mira en el periódico la fotografía de un importante y millonario politico que ha enviudado. Sonriente, se la muestra a Gertrudis, a quien le dice que le presenta a su futuro marido.

JULIO 2013. DOS AÑOS DESPUES: Raquel se mira en un espejo mientras Gertrudis le coloca el velo de novia que portará en su nuevo casamiento. La ahora asistente de Raquel la felicita por su tercer matrimonio con el millonario senador Constancio Villavicencio. También le dice que alguien que ha estado rondando su casa ha sido Willy, el hijo de su penúltimo marido, quien insiste en reclamar lo que asegura que por derecho l corresponde. Raquel asegura que después de que se case Willy tendrá lo que realmente se merece pero que, por ahora, ella solo tiene cabeza para pensar en la hija que abandonó hace tantos años y en Lisandro, a quien hace más de cinco años que no ve.

En Nueva York, Lisandro habla con su gran amigo Julio Linares, quien le dice que la nueva esposa de su tío es un bombón y que ha sido una sorpresa que hayan ocultado su romance y decidido casarse de la noche a la mañana. Lisandro solo se ríe de la situación pues no se imagina a un viejo como su tío, quien en realidad es familia directa de su esposa, casándose con una mujer mucho más joven. Lamenta no poder estar en la boda mas Julio le advierte que cuando regrese de su viaje en el extranjero se sorprenderá al conocer a la mujer.

Alicia es una muchacha humilde que vive en Guaymas, Sonora, en donde estudia la universidad. Está llena de sueños e ilusiones. La más grande es Sergio Ledesma, el chico del que está enamorada y quien cumple años por lo que se acerca a él y le entrega un regalo que ella misma hizo. Sergio se lo agradece y le da un abrazo pero la situación se empaña cuando aparece Enedina, la posesiva y celosa novia del muchacho, quien le suelta tremenda cachetada a Alicia, acusándola de ser una resbalosa. Aunque Sergio defiende a la muchacha Enedina no deja de atacarla por lo que Alicia se marcha llorando y al llegar a su casa preocupa a Catalina, su madrina, a quien le dice lo infeliz que es por no ser correspondida por el hombre que ama. Alicia asegura que un día tendrá mucho dinero y hará suyo el mundo. 
Nota que su madrina está asustada y al preguntarle porqué se ha aterrado Catalina le dice que hace muchos años, en el orfanato en que se crió, escuchó a alguien decir lo mismo. Tocan a la puerta y al abrirla Catalina se lleva una terrible sorpresa al ver ante ella a Don Macario, el dueño del departamento en el que viven y quien les cobra la renta pues ya le deben casi un año y él no puede permitirles vivir en el lugar. El hombre habla en privado con Catalina, a quien le dice que le renovará el contrato y la dejará vivir permanentemente en el departamento si le entrega a su ahijada, en la cuál él está interesado. Catalina se niega y le promete al hombre que conseguirá el dinero para pagarle. Él le da de plazo el fin de mes.

Raquel se casa por la iglesia con el millonario Constancio Villavicencio a pesar de la oposición de las mujeres de la familia de él: Maria Luisa, su hermana, e Isabela, su sobrina, las cuales consideran a Raquel una oportunista sin escrúpulos que no ama al hombre, si no que está en busca de su dinero. Durante la boda, Constancio habla a Raquel del esposo de su sobrina, el cuál es un hombre muy querido por toda la familia. Raquel no puede esperar a conocerlo pero mientras conoce a Iván Duque Villavicencio, sobrino de su marido, el cuál le ofrece su amistad y le advierte que lidiar con su madre y hermana no será tarea fácil pues la creen una ambiciosa. Raquel le asegura al hombre que el amor que ella siente hacia Constancio es sincero y pronto lo demostrará, aunque en el fondo Raquel cree que tendrá problemas pues su ahora marido jamás le habló de que su parentela viviera con él. Iván le confiesa no creerle pero tampoco importarle por lo que le brinda su amistad, asegurando que siempre le ha gustado molestar a las mujeres de su familia. Raquel pregunta a Gertrudis quién es Iván y la asistente le dice que es un casanova irresponsable que solo se dedica a divertirse en fiestas disfrutando de los excesos de la noche. Raquel asegura que el hombre le ha caido bien y que quizás pueda ser un gran aliado.

Constancio habla con sus amigos políticos lleno de orgullo por la admiración que éstos sienten hacia él por haberse casado con una mujer hermosa. Ante ellos se presenta Willy, quien asegura que Raquel no es la mujer intachable que todos creen, si no una farsante. La presencia del muchacho causa revuelo mas es mandado a sacar por la escolta de Constancio, a quien Raquel le pide que se encargue de que a ese muchacho le den su merecido. Es por eso que Willy es brutalmente golpeado y un guarura le afirma que si se mete con la esposa del senador le irá muy mal. Willy jura que se vengará de Raquel, a la que culpa de la muerte de su padre.

Raquel y Constancio emprenden su luna de miel en un crucero en el que el hombre se desvive por su mujer, quien entre sus cosas lleva consigo una fotografía de Alejandro, al que sueña con volver a ver. En ese crucero el matrimonio conoce a Estéfano De Merisa, un apuesto conde que queda maravillado con la belleza de Raquel, quien no deja de fascinarlo para orgullo de Constancio, quien, no hace más que hablar maravillas de su esposa. Estéfano hace tan buena amistad con el senador que le propone que hagan negocios y el hombre le propone que se una como socio de su esposa, quien posee la cadena de casinos más prestigiosa del país. Intercambiando miradas de complicidad con la mujer, Estéfano le asegura a ésta que será un placer hacer negocios con ella.

Lisandro regresa de Nueva York y David, su hijo, como Julio, lo ponen al tanto de lo sucedido en la boda de Constancio. El hombre ríe con los otros pero después, serio, cree que la acusación que hizo Willy es grave y que si nadie conoce nada de la extraña muejr con la que el tío se casó entonces deben andarse con cuidado. Pregunta como se llama esa mujer y al escuchar su nombre recuerda los momentos de pasión que vivió con Raquel, el gran amor de su vida, preguntándose en donde se encontrará.

Alicia es molestada por Enedina, quien le recuerda que es una becada en la universidad y a demás una resbalosa que desea quitarle a su novio, el cuál jamás pondría los ojos en una muerta de hambre como ella. Sergio defiende a Alicia y la invita a tomar algo. En venganza, Enedina se roba un exámen y lo pone entre las cosas de su enemiga, a la que descubren los profesores y envían con el rector, quien, por los sucesos, le dice a Alicia que ha perdido la beca. Alicia llora amargamente y Enedina se burla de ella para después recibir los reclamos de Sergio, quien la responsabiliza de lo que sucedió y da por terminada su relación con ella y acompaña a Alicia hasta su casa, donde le pide que no llore y la besa. Son espiados por Macario, quien jura que la muchacha será suya tarde o temprano.

Maria Luisa no está dispuesta a perder la fortuna de su hermano, segura de que por derecho les corresponde a ella y sus hijos, por lo que habla con Iván e Isabela, a quienes dice que deben hacer un infierno la vida de la nueva intrusa. Iván se niega argumentando que él gusta de la mujer. Maria Luisa le exige que lo haga pues de eso depende que la mujer se vaya y ellos hereden a Constancio pero al irresponsable hombre eso no le quita el sueño pues cree que si se gana la confianza y amistad de Raquel, cuando muera Constancio ella lo ayudará.

Lisandro e Isabela tienen problemas matrimoniales pues él no la toca desde hace muchos años a pesar de que ella hace demasiados intentos. Se lo reprocha constamente por lo que él, atormentado, le pide que mejor se ocupe de cuidar de su hijo, de ser una buena madre, y se olvide de tener placer en la cama. Isabela se siente terriblemente desesperada y aunque sabe que ya no es feliz en su matrimonio, no desea divorciarse pues Lisandro es demasiado guapo y ella la envidia de sus amigas, por lo que por vanidad prefiere ser infeliz.

Iván y David se divierten en un antro en el que el tío seduce muchachas que no se resisten a sus encantos mientras que el menor es abordado por Paola, su novia, quien lo nota distante. El muchacho simplemente no puede dejar de pensar en la belleza de Raquel. Son sorprendidos por Willy, quien le pide a David que hablen. Está a punto de decirle algo sobre Raquel pero un unconveniente dentro del antro se lo impide.

Raquel y Constancio regresan de su luna de miel. La mujer se estemece cuando ante ella se presenta Lisandro, quien cambia su sonrisa por una de sorpresa al ver que la mujer que se casó con el tío de su esposa es nada más y nada menos que Raquel De la Riva ¡La mujer a la que él siempre ha amado! Isabela se da cuenta de la impresión de ambos y pregunta si se conocen. Constancio, feliz, ríe y asegura que simplemente Lisandro se ha impresionado por la inigualable belleza de su nueva mujer. Raquel se presenta ante Lisandro fingiendo que no se conocen y ante todos le propone que sean buenos amigos. Sin embargo Isabela está muy intranquila y no se traga ningun cuento. Le hace saber a Maria Luisa que está segura de que su marido y la mujerzuela que se casó con Constancio se conocen. Isabela se estremece al pensar que Raquel sea aquella mujer con la que su marido la engañó hace tantos años y no se equivoca, pues al estar a solas, Lisandro reclama a Raquel el haberse casado con un nuevo hombre. Ella le reclama haber desaparecido por cinco años y él le dice que Isabela lo descubrió y prefirió alejarse para salvar a su familia y su carrera política. Raquel cree que al menos ya pueden estar cerca y amarse pero Lisandro asegura que no es posible pue slos podrían descubrir. Raquel lo besa y cuando están a punto de llegar más lejos él la rechza y le dice que es una locura estar cerca y volverse amantes por lo que toma la decisión de irse de la casa con su familia. Isabela se niega pues exige una explicación que él no le da. Le pregunta si la nueva esposa de Constancio es su ex amante. Lisandro jura que no.

Catalina piensa en Emilia y lamenta que su amiga haya decidido regalar a su hija, la cual no podrá cumplir sus sueños pues no tienen dinero para que ella pueda estudiar. Cuando aparece macario para cobrar la renta, como las mujeres no tienen dinero decide echarlas a la calle a pesar de los ruegos de éstas, quienes lloran al no tener absolutamente nada. Alicia se arma de valor y acude a hablar con Macario, a solas. El hombre le confiesa que siempre ha gustado de ella y que basta que ella le regale sus caricias para tenerla como una reina. El malvado Macario intenta abusar de la chiquilla y casi lo logra pero ella se defiende rajándole la cara con una navaja. Cree que ha cometido un delito, por lo que le cuenta a Catalina lo que ha sucedido y la madrina sufre pues teme a que Macario tome represalias contra ellas o lo que es peor, envíe a Alicia a la cárcel. La muchacha no tiene más remedio que buscar a Sergio y pedirle ayuda. Él le da dinero y unas llaves por lo que las mujeres huyen. Cuando Macario llega con la policía para detener a Alicia, descubre que las mujeres se han ido. Son buscadas por todo Guaymas pero no logran encontrarlas. Nadie sospecha que han llegado a la ciudad de México, a la dirección que Sergio les dio, a una casa deshabitada y demasiado enorme que hace pensar a Catalina que solo levantarían sospechas, pues es una zona residencial y ellas unas pobretonas.

Raquel no puede evitar admirar la belleza de David, despertando curiosidad en Isabela, quien celosa asegura a su marido que la nueva mujer de su tío es una farsante, pues no puede estar enamorada del hombre ya que se ha interesado en David. Lisandro cree que su mujer, cegada por los celos y la envidia, ha comenzado a ver cosas donde no las hay, pero Raquel de inmediato comienza a obtener información de David con Constancio e Iván, quien al parecer desea aliarse con ella. Raquel nada en la piscina de la casa y accidentalmente se encuentra con David, quien enmudece ante la belleza de la mujer, quien lo seduce pero sin llegar lejos. Son vistos por Maria Luisa la cuál le exige a la mujer que que no se le acerque a su nieto. Raquel, hipócrita, con dulzura pide a su cuñada que intenten ser amigas. La acorrala tanto con falsa inocencia que logra que la mujer estalle. Son sorprendidas por Constancio, quien reprende a su hermana y le exige pedirle perdón a Raquel. Maria Luisa lo hace, mansa ante la presencia de su hermano, con la mirada agachada. Cuando la sube para mirar a Raquel, ésta le da su perdón pero con la mirada se burla de ella. A solas, Maria Luisa hace una rabieta mientras que Raquel se hace la víctima ante su marido, quien la besa y le pide que no se preocupe pues si Maria Luisa se empeña en causar problemas le pedirá que se marche de la casa.

Estéfano de Merisa llega a México en realidad es un impostor que finge ser de alta sociedad para estafar a millonarios. Su verdadero nombre es Hilario Sánchez y se mete en tremendo lío que lo hace volver a la ciudad de México, dispuesto a buscar y conquistar a la hermosa Raquel, la cuál lo sedujo con su belleza, a pesar de ser mayor que él, y la cuál tiene muchisimo dinero.

Lisandro y Raquel se encuentran en secreto y él le exige que salga de la vida de su familia pues no piensa permitir que haga con Constancio lo que ha hecho con otros hombres. Raquel no hace más que provocarlo y recordarle lo que él le hizo. Tras pelear, ambos se dan un fuerte beso y hacen el amor como fieras salvajes. Al estar a solas con Gertrudis, la malvada mujer asegura que Constancio será su última víctima pues tiene demasiado dinero y es la mujer más rica del país, sin embargo el casarse y enviudar se le ha convertido en una rutina que ya la ha aburrido, así como los hombres maduros. Gertrudis la alienta para que entonces explore nuevas aventuras, quizás con hombres más jovenes. Ambas miran por la ventana la desnudez y sensualidad de David y sonríen. 
Gertrudis le asegura a Raquel que es ese muchacho el arma de su venganza para hacer pagar a Alejandro y para cambiar de giro. Ambas ríen sarcásticamente. Raquel se impresiona cuando Constancio la llama y ante ella ve a Estefano, quien la saluda con cordialidad. El falso conde asegura que hará grandes negocios con Constancio, a quien ayudará a conseguir un titulo noble. Cegado por su vanidad Constancio ignora los verdaderos planes del hombre pero no así Raquel, quien le deja claro que ella sabe que va tras la fortuna de su marido pero qu eno permitirá que le quite un solo centavo. Él ríe y le dice que lo que menos desea quitarle al millonario es si fortuna, pues realmente sólo le interesa quitarle una cosa mucho más valiosa que todo eso: A su mujer. Estéfano toma a Raquel en sus brazos y la besa siendo correspondido. Después ella lo abofetea y el hombre ríe, para volverla a besar y hacerla suya.

Catalina y Alicia son vistas por vecinos de la colonia, a quienes dicen que trabajan como sirvientas de la casa en la que viven mientras los patrones vuelven a la ciudad. Catalina teme a que se metan en problemas y, desesperada, comienza a buscar trabajo.

Iván le cuenta a Raquel que las ex esposas de su tío siempre han muerto inexplicablemente, como si fuera una maldición casarse con el hombre. Maria Luisa los sorprende y advierte a la mujer que debe cuidarse, porque lo que dice Iván es verdad. Segura de que se trata de amenazas, Raquel le asegura a su cuñada que, curiosamente, a ella también siempre se le mueren los maridos. Se marcha y, efurecida, Maria Luisa exige a Iván que hagan algo pues si lo que la mujer dijo es cierto, entonces Constancio corre peligro y ellos se podrían quedar sin un peso de su herencia.

Gertrudis entrega a Raquel cuentas del gran casino del que es dueña. Le dice que ha visto a Braulio Lanfranco, el cuál está arruinado y no es ni la sombra de lo que fue. Cuando acude al casino, Raquel no lo reconoce hasta que él se acerca a ella y le pregunta si lo recuerda. Con desprecio, ella le dice que es imposible no recordarlo, si él le dejó mucho dinero. Le invita una ronda y hablan de lo que ha sido la vida de la mujer, a quien Braulio asegura que habrá un hombre que la haga perder la razón y por el cuál lo pierda todo. Ella ríe asegurando que eso jamás sucederá.

Isabela no deja de atormentarse por el desprecio de Lisandro, con quien cada vez discute más fuerte y el cuál se ha enredado con Raquel, de quien cree que está perdidamente enamorado. Isabela Habla con Julio y éste le aconseja que conserve la calma y no presione a su marido, el cuál, si está con ella es por algo. Isabela está segura de que es por la herencia que recibirá de su tío Constancio, cuando éste muera. Julio lamenta que la mujer todo lo tenga que relacionar con dinero, incluso el amor que dice sentir por su marido, al cuál engañó hace años con su falsa paternidad pues el verdadero padre de David es él Julio. Isabela lo abofetea. Le exige que calle y jura que eso nunca se sabrá.

Lisandro se sigue comportando distante con Raquel, quien le dice que con su actitud solo ha conseguido levantar sospechas en Isabela, quien no deja de espiarlos cada vez que están cerca. Le pide al hombre que deje de huir de ella y se encuentren en el departamento que ella ha conservado durante muchos años. Al hacerlo, le asegura que cinco años sin él han sido como morir. Lo besa. Él le corresponde. Hacen el amor ardientemente.

Catalina y Gertrudis se encuentran accidentalmente y la primera le dice que vivió en Sonora durante muchos años y el porqué ella y la hija de Emilia se encuentran en México, desesperadas. Pide ayuda a gertrudis, pide que exija a Emilia que haga algo por su hija, la cuál ha crecido rodeada de pobreza. Gertrudis le promete a Catalina que las ayudará.

En la ruina, Willy llora ante un retrato de su padre y cree que nadie hará caso a lo que él diga sobre Raquel, la cuál le arrebató todo lo que le pertenecía. Cansado de intentar desenmascararla, decide que la matará.

Isabela está segura de que Lisandro y Raquel se conocen y exige a su marido que le diga la verdad. Él, para no discutir, decide salir de casa. Maria Luisa abofetea a su hija y le recuerda que si su marido le ha sido infiel es precisamente por sus celos, porque lo ha atosigado y ha matado el amor que él una vez le tuvo. Isabela está segura de sus sospechas y pide a su madre que la ayude. Maria Luisa le dice que lo de menos es Lisandro pues ella ha descubierto algo peor: Que David se ha interesado en esa mujer.

David no deja de pensar en la nueva esposa de Constancio y habla de ella con Iván, al cuál confiesa sentir cierta atracción por la mujer y él cree que no le es indiferente. Emocionado, Iván le aconseja a su sobrino que enamore a Raquel pues quizás ella le correponda y necesite de un amante ardiente que la haga olvidarse del aburrido Constancio. Ríen y después Iván acude a emborracharse en el casino de Raquel donde ella le abre crédito. Borracho, el hombre le cuenta todo lo que su madre es capaz de hacer por fastidiar a las esposas de su tío. Bromeando, asegura que su madre pudo haber sido la que las matara, pues está obsesionada con recibir la herencia de su hermano. Se sorprenden con la llegada de Lisandro, a quien Raquel atiende como excelente anfitriona que es e intenta llevarlo al privado en el que se encuentran Constancio y sus amigos. Lisandro se niega y se sienta en la barra, donde pide un trago. Habla con Raquel de lo mal que va su matrimonio. Ella le asegura que estará cerca de él, para consolarlo. 
Los dos hablan muy juntos. Iván los vigila desde lejos. Son sorprendidos cuando aparece Willy con un arma dispuesto a matar a Raquel, quien es protegida por Lisandro, el cuál recibe el impacto de bala. Los guardias del lugar detienen a Willy y Raquel les pide que mantengan al muchacho con ellos, escondido, y no llamen a la policía. Constancio, alarmado, no puede creer lo que ha pasado y junto con Raquel acude a al hospital donde extraen la bala que hirió a Lisandro, el cuál está a salvo. Pasa la noche en el hospital y Raquel se ofrece a cuidarlo por lo que al volver a casa Constancio le dice al resto de su familia lo que ocurrió. Celosa, Isabela desea ir al lado de su marido segura de que Raquel aprovechará para quitárselo. Maria Luisa intenta controlarla pero la mujer está histérica por lo que su madre le suelta tremenda cachetada exigiéndole que reaccione y estar harta de ella mientras que David sale en su auto de la casa. En el hospital Lisandro despierta e intenta hablar. Raquel se lo prohibe asegurandole que ella está ahí para cuidarlo. Lo besa y son descubiertos por David, quien los mira por la puerta entreabierta.

Lucía quiere saber quién fue y donde está su madre pero Catalina se niega a revelarle la verdad por lo que la muchacha cree que deberá investigar por sí misma pero no sabe donde empezar.

AGOSTO 2013. Al darse cuenta de que Lisandro está profundamente dormido, Raquel acude al casino sin que nadie la vea. Allí, en una bodega, se encuentra cara a cara con Willy, quien ha sido golpeado y atado por la gente de la mujer, la cuál le asegura que lo que intentó hacerle lo pagará con su vida. Willy le escupe y la llama prostituta, recordándole que siempre se ha vendido al mejor postor. Raquel entonces le dice que conseguir la fortuna de su padre le llevó demasiados años y no estaba dispuesta a perderla solo por proteger a un vago drogadicto como él. Willy está seguro de que la mujer acabó con la vida de su padre y ella acepta que sí y que disfrutó al provocarle el accidente aereo en el que perdió la vida pero siempre agradecida pues gracias a él abrió los casinos y su fortuna sigue creciendo. Willy la llama ramera, la insulta gravemente y le grita cuanto la aborrece. Ella le responde que pronto ya no sentirá nada por ella pues sus males en ese momento se acabrán. Con la misma pistola que él la atacó, la mujer le dispara en la frente, matándolo. Sale y pide a sus hombres que se encarguen de desaparecer el cuerpo. La mujer regresa al hospital sin que nadie haya notado su ausencia y al amanecer despierta con un beso a Lisandro.

Cuando Raquel regresa a casa en compañía de Lisandro, decide tomar una ducha. Es sorprendida por David, quien desnudo se mete en la bañera. Ella le exige que se marche pero él se niega y le dice saber que ella y su padre tienen algo que ver y que han mantenido oculto pero que él le demostrará lo que un hombre mucho más joven le puede ofrecer. David besa ardientemente a Raquel y ella se deja llevar. Ambos hacen el amor y cuando ésta se lo cuenta a Gertrudis ambas ríen de felicidad. Felicidad que se empaña cuando la asistente le dice a Raquel que ha visto a Catalina y ha hablado con ella. Le cuenta lo mal que ella y su hija lo han pasado desde la última vez que se vieron, hace poco más de veinte años. Desconcertada, Raquel evita llorar y asegura a Gertrudis no querer ver a su hija pues no quiere que ésta forme parte de su vida ya que ni Constancio ni Lisandro le perdonarían el que la hubiera abandonado. Menos Lisandro, quien es el padre de Alicia. Gertrudis sabe que Raquel no quiere saber de su hija y entonces habla con Constancio, al que recomienda una dama de compañía para su mujer. Segura de que puede comprar a esa dama para usarla en contra de su cuñada, Maria Luisa apoya la idea de Gertrudis por lo que el hombre acepta y esta lleva a Alicia a vivir en la mansión Villavicencio, donde se encuentra cara a cara con Raquel, la mujer a la que siempre ha admirado en las revistas de sociedad. Raquel la trata con indiferencia y es hasta grosera, por lo que Alicia se desilusiona pero sabe que necesita el trabajo y se limita a ello a pesar que Raquel asegura no necesitar de nadie que la acompañe pues para eso tiene a Gertrudis. Constancio sin embargo le asegura que ha decidido ayudar a esa muchacha. Para contentar el enojo de su mujer, le regala un collar de brillantes al que ésta no se resiste. Cuando su marido se va llama por teléfono a David, a quien le dice que le tiene un regalo. El muchacho acude a la habitación de la mujer, quien lo espera desnuda con el el collar puesto. Ambos hacen el amor. David le confiesa haberse enamorado de ella y por ello Raquel cree que es mejor que ya no se vean. David se niega pues ha enloquecido por ella y está dispuesto a todo. Raquel le pide que olvide lo que sucedió entre ellos pues ella ama a otro hombre. David pregunta si ese hombre es su papá. Raquel lo niega. David se marcha furioso y al encontrarse cara a cara con Lisandro lo trata con indiferencia. Habla con Iván, a quien le dice que ha tenido relaciones con Raquel y que está seguro de que ésta las ha tenido tambien con su padre. Iván no deja de reír, asombrado por la ligereza de Raquel, con quien toma el té y a la que le propone que sean socios en algun negocio. Iván le dice que él conoce a muchas chicas lindas a las cuales podría peruadir para tener relaciones con otros hombres, verdaderos hombres con poder, y ganar mucho dinero. Raquel asegura que ella no se vincula en ese tipo de negocios.

Julio decide confesar a Lisandro su secreto: Tiene un hijo al que conoce, del cual ha estado cerca pero no se le puede acercar. Lisandro le asegura que si ese fuera su caso él lucharía por recuperar a su hijo sin importarle el precio que tenga que pagar. Son sorprendidos por Isabela, quien discute a solas con Julio y le afirma que si llega a abrir la boca utilizará las influencias de su tío para hacerlo pagar.

Estéfano hace importantes negocios con Constancio y sus amigos sin que nadie sospeche que el hombre los está estafando. Constantemente acude al casino de Raquel, donde hace amistad con Iván, quien le asegura que la mujer es de armas tomar y siempre se sale con la suya. Iván propone al conde el mismo negocio que propuso a Raquel. Tal y como ella hizo, rechaza la oferta pues seguro está de que sus negocios resultarán un exito. Se encuentra con Raquel, con quien tiene un affair. Ella, segura de que puede confiar en él, le cuenta que desde hace años ama a un hombre y ese hombre es Lisandro Montecinos.

David conoce a Alicia y queda enganchado a ella por su belleza, asegurando que es tan hermosa como Raquel, quien lo nota y, vanidosa, jura no estar dispuesta a que una mocosa le arrebate a uno de sus hombres. Seguro de que Raquel sintió celos y de que ella ya no quiere nada con él. David decide que la fastidiará enamorando a Alicia, a quien se acerca a pesar de ser rechazado.

Iván le asegura a Isabela que lo que tiene es envidia de Raquel, la cuál sabe como volver locos a los hombres. Maria Luisa los interrumpe y asegura que muy pronto Raquel saldrá de sus vidas pues le ha preparado una sorpesa. Iván besa a su madre y le sonríe por terrible, ansioso de ver lo que hará. Por otra parte, Maria Luisa asegura a Constancio que Raquel será su perdición. El hombre, cansado de sus necedades, le recuerda que cada esposa que él ha tenido ha parecido ser la misma amenaza y han muerto extrañamente por lo que él no siente que peligra. Maria Luisa está segura de que esta vez es diferente, pero no está ispuesta a dejarse vencer por lo que al paso de unos días recibe en casa una visita que ha traido para su cuñada, a quien asegura le dará una gran sorpresa. Esa visita es Evaristo Altamirano, quien mira con odio a Raquel y asegura conocerla. Raquel se las ingenia para que el hombre no hable con su marido ni con Lisandro, a quienes enreda con mentiras causando que Constancio se sienta mal y deba retirarse. Evaristo se despide y jura que se volverán a ver. Al quedar a solas con Maria Luisa, ésta le asegura a Raquel que no descansará hasta sacarla de su casa, recalcándole que todas las mujeres de su hermano han muerto extrañamente. Raquel, sonriente, le dice que sus maridos también han muerto de la misma manera aunque ella nunca se ha ensuciado las manos a diferencia de Maria Luisa, quien, alarmada pro el comentario, pregunta qué es lo que la mujer quiere decir. Raquel asegura saber que Maria Luisa ha sido la responsable de las muertes de las esposas de Constancio, a las cuales ha desaparecido para que no le arrebaten la herencia del hombre. Furiosa, Maria Luisa grita que la mujer miente y la amenaza con decirle a Constancio que ella fue la responsable de la muerte del hijo de Evaristo, que es una recogida, una muerta de hambre, huérfana, a la que sus padres despreciaron desde que fue concebida. Raquel suelta tremenda cachetada a Maria Luisa y le asegura que no dirá nada porque si habla sus hijos, Valeria y Juanjo, sabrán del paradero de su padre, el cuál se está pudriendo en una cárcel. Aterrada, Maria Luisa no puede creer que su enemiga sepa tanto. Raquel la amenaza y le jura que al menor intento de homicidio del que ella sospeche, abrirá la boca y dirá todo lo que sabe. Se retira y Maria Luisa, sola, llora amargamente y la maldice jurando que se deshará de ella así sea lo último que haga en la vida, mientras que Raquel pide a Gertrudis que se encargue de hacer notar que se encuntra en casa, aunque saldrá. Raquel toma una peluca y unos lentes. Sale en su auto y llega a la casa de Evaristo Altamirano, quien se niega a dejarla entrar pero la mujer entra por la fuerza y entonces él no deja de reclamarle por la muerte de su hijo. Ella le revela cómo fueron los hechos y como el mismo Braulio la ayudó. Evaristo le grita que es una asesina y que le dirá la verdad a su amigo Constancio. Raquel, dandole la espalda, le dice que eso no será posible y que si tanto sufre por la muerte de su hijo agradezca que es su noche de suerte porque en ese momento se reunirá con él. Raquel voltea con un arma de fuego y dispara a Constancio, arrancándole la vida para después huir. Llega a casa y encuentra a Lisandro bebiendo en el bar. Asegura estar cansada y quererse relajar. Se lo lleva a la cama, donde él, perdido en alcohol, por fin le vuelve a corresponder asegurando que la ama y que enloquece cuando está con ella.

Estéfano no puede dejar de pensar en Raquel. Al no encontrarla en el casino maneja por las calles hasta llegar a una pobre vecindad que le trae viejos recuerdos de su infancia, cuando fue infeliz. Entra sigilosamente y se asoma por la ventana de un departamento, donde ve a una mujer mirando la televisión, hundida en la pobreza y hablando con su gato. Estéfano no se contiene y llora, dejando una gran cantidad de dinero por debajo de la puerta. Esa mujer es su madre, quien al encontrar el dinero abre la puerta, busca por todos lados y no ve a nadie. Llora pues sabe que lo ha dejado su hijo, a quien le manda la bendición donde quiera que esté.

Alicia cuenta la historia de su vida a David, quien le promete que la ayudará a encontrar a su madre. La muchacha intenta que Catalina le diga algo pero ésta se niega. Escucha a la muchacha cuando le dice que raquel es fría e indiferente con ella por lo que Catalina entonces decide hablar con su amiga, a la que sigue llamando Emilia. Raquel, asombrada por verla tan acabada después de tantos años, le pide que se alje de su vida pues puede meterla en serios problemas. Catalina no resiste más y le dice que Alicia, su supuesta dama de compañía, es su hija y por lo tal debe tratarla bien. Impreionada de saberlo, Raquel reclama a Gertrudis el haber metido a Alicia en su vida. Gertrudis le dice que es momento de que enfrente su realidad y la controle como ha controlado a los hombres. Raquel jura que aunque Alicia sea su hija no la reconocerá y mucho menos le permitirá que le arrebate a David, quien junto con Alicia, quien cree que quizás su madre y Catalina se conocieron en el orfelinato, acude a la casa hogar donde cree que creció su madre buscando saber de su paradero. 
Nadie logra decirle nada pero sus esperanzas no se pieden pues una vieja monja le dice que una vez hubo una Emilia amiga de una Catalina y que fue adoptada por un viejo benefactor. Buscan en los libros y descubren que su madre fue adoptada por Guillermo de la Riva. Los muchachos regresan a casa esperanzados a que encontrarán a la madre de la muchacha. Isabela los sorprende y más tarde amenaza a Alicia, a la que exige que no se acerque a su hijo, el cuál no puede tener nada que ver con una muerta de hambre como ella. Isabela llama a Paola Zambrano, antigua novia de David, a la que dice que debe recuperar a su hijo. Paola asegura que David es indiferente con ella pero Isabela le exige que lo recupere pues se ha interesado en una vulgar sirvientea. Paola busca desesperada al muchacho, quien la rechaza asegurándole que lo suyo ya no puede ser. Son vistos por Raquel, quien habla con David y éste le confiesa estar interesandose en Lucía. Raquel le afirma que ni Paola ni Alicia son mujeres para él. Lo besa y se lo lleva a la cama. Alicia los descubre y se sorprende al verlos juntos. No puede creer que Raquel engañe a su marido con su sobrino y está a punto de decirselo al hombre cuando pregunta por su mujer pero las impertinencias de Isabela logran que el hombre se distraiga y discuta con ella, prohibiéndole que insulte tanto a Alicia como a Raquel, su mujer. Isabel no entiende qué les da Raquel a los hombres para enloquecerlos y se desahoga con Maria Luisa, quien le promete a su hija que pronto destruirán a esa mujer con ayuda de Evaristo. Sus esperanzas se rompen al enterarse de la muerte de Evaristo Alcántara, quien, segun los diarios, se ha suicidado. Cuando Raquel lee la noticia comparte su felicidad con Gertrudis. Es sorprendida por Maria Luisa, quien la culpa de la muerte del hombre. Ambas mujeres discuten y cuando Maria Luisa ofende a Raquel gravemente, ésta la abofetea y le jura que la próxima vez no será una cachetada, si no que se encargará de que Constancio la eche a la calle con todo y su familia.

Braulio reconoce a Catalina y le cuenta cómo fue que quedó en la ruina. Hacen amistad y el hombre descubre que la mujer tiene una ahijada parecida a Raquel. Cuando conoce a Alicia quieda asombrado por la belleza de la muchacha. Ata cabos y descubre que esa chiquilla quizás pueda ser hija de Raquel por lo que cree que puede ser un instrumento para vengarse de su ex esposa por lo que hace amistad con la muchacha tratando de sacarle información. Alicia asegura no saber nada, ni siquiera el paradero de su verdadera madre. Braulio le asegura que él conoce a su madre por lo que la cita para que hablen en su casa por la noche. Alicia se lo cuenta a David, quien le pide que no vaya sola pues el hombre puede ponerle una trampa. Aún así Alicia acude a Braulio y éste, borracho, la confunde con Raquel y, violento, intenta hacerle daño a la muchacha, quien le revienta una botella en la cabeza y creyendo que lo ha matado huye. Se refugia en la mansión Villavicencio, donde David la nota nerviosa. La muchacha le cuenta lo que ha pasado, él se molesta y deea ir a golpear a Braulio mas se detiene cuando Alicia le dice que al parecer lo ha matado. David pide a Iván que lo acompañe a investigar y descubren que el hombre solo está herido.

Raquel descubre que Isabela y Julio tienen un hijo en común y que ese hijo es David. En una pelea verbal entre las dos, Isabela la abofetea y entonces Raquel le confiesa que sabe su secreto y que si no se divorcia de Lisandro todos se enterarán. Isabela sabe que la mujer la tiene en sus manos por lo que intenta envenenarla pero no lo logra, al contrario, esa bebida la toma Constancio, quien sufre un ligero infarto que asusta a su familia. Se interna en un hospital donde se pone a salvo y es Raquel quien lo cuida y así se entera de la sustancia que los médicos encontraron en el cuerp del hombre. Raquel sospecha que el veneno estaba dirigido a ella y está segura de que fue Isabela por lo que jura que se vengará, mientras que Maria Luisa acude a Julio, quien es el que sabe el contenido del testamento de Constancio pues es su licenciado. Le pide que la ayude, que haga lo posible para que su hermano no herede a la intrusa con la que se casó. Julio nota que Maria Luisa nunca antes había estado tan desesperada. Ella confiesa que nunca antes su hermano había estado tan cerca de la muerte.

Braulio y Catalina discuten pues él está convencido de que Alicia es hija de Raquel De la Riva. Ambos forcejean, son sorprendidos por Gertrudis, quien reconoce al hombre, Catalina le dice a la mujer que Braulio intentó abusar de Alicia y Gertrudis se asombra de que esta no lo haya reconocido pues Braulio fue el hombre por el que Raquel regaló a su hija. Braulio sorprende a Gertrudis cuando ésta sale de casa de Catalina. Le exige que le diga que tiene que ver con esa mujer. Gertrudis lo acusa por lo que quiso hacerle a Alicia y comete la indiscreción de decirle que la muchacha es hija de Raquel, por lo que, borracho en el casino, Braulio se lo cuenta a Lisandro sin sospechar quién es él. Cuando Lisandro sabe que Raquel tuvo una hija hace muchos años, producto del amor por un hombre, acude a Raquel y le exige que le diga quien es esa hija y donde está. Raquel se niega, evade la situación, jura que todo es una mentira de un borracho que le tiene rencor porque ella triunfó y él se derrumbó. Enfurecida, busca a Catalina y la abofetea por decir la verdad aunque ella jure que no ha abierto la boca y cuenta lo sucedido con Braulio, a quien Raquel busca. Él le asegura que si no le da el dinero suficiente como para volver a ser el que una vez fue, la desenmascarará ante todos y su imagen de mujer de mundo intachable se derrumbará. Raquel cita a Braulio en el casino y allí le da una fuerte suma de dinero en efectivo prometiéndole que abrirá una cuenta bancaria a su nombre. Le da a beber algo que contiene veneno por lo que al ir caminando por la calle el hombre sufre un fuerte infarto que le arranca la vida. Para festejar, Raquel se acuesta con Estéfano sin sospechar que éste habló con Braulio y ha escuchado todo entre ellos por lo que aconseja a la mujer que recupere a su hija pues ella sabe muy bien lo que es la angustia de vivir sin saber quienes dueron sus padres. 
Asombrada, Raquel pregunta cómo es que él sabe eso de ella. Estéfano confiesa haberla investigado a fondo y saber perfectamente quién es ella, de donde salió y con quienes se ha casado y acostado. Raquel lo intenta abofetear pero él le sujeta el brazo. Le asegura saber quienes fueron sus padres pero no se lo dirá hasta que ella haya dicho la verdad a su hija. La mujer se marcha. El conde habla con Gertrudis, quien le dice que ella también sabe la verdad sobre los padres de Raquel, pero que no se lo ha dicho porque sabe que a la mujer no le gustará enterarse.

Maria Luisa suplica a Constancio que le diga si los heredará a ella y a sus hijos. El hombre le exige que no sea ambiciosa y le jura que toda su fortuna será para su esposa solo para molestarla. Maria Luisa, enferma de rabia, decide tomar cartas en el asunto y con tal de desilusionar a su hermano contrata un chofer, Nino, a quien, aprovechándose de su sensualidad, le paga para que enamore a Raquel, quien al conocerlo queda maravillada y pide que sea su chofer particular, mordiendo el anzuelo. A Maria Luisa no le queda la menor duda de que su cuñada es una mujerzuela.

Con ayuda de Estéfano, Raquel pone una trampa a Isabela y Julio, quienes discuten por la paternidad de éste y que ella se ha empeñado en callar. A la trampa tambien acude Lisandro, quien se entera de la verdad y pelea con su esposa, a la que recrimina que siempre lo cele y tema a que la engañe cuando ella lo ha hecho toda su vida. Isabela le pide perdón y le ruega que no la abandone pero Lisandro está decidido por lo que ella amenaza con quitarse la vida. A él no le importa. Isabela cree que todo ha sido una trampa de Raquel por lo que acude a abofetearla y la acusa de tener embrujado a su marido. Raquel se sincera: Se ha acostado con los dos hombres de Isabela: Su marido y su hijo y le jura que si nuevamente intenta hacer algo en su contra será David quien pague las consecuencias. Isabela se desahoga con su madre, quien la abofetea por ser tan estúpida. Maria Luisa intenta hablar con Lisandro y convencerlo de que todo es una mentira pero el hombre no le cree y acude a hablar con David, quien lo sigue rechazando. Lisandro abraza a su hijo, con llanto se aferra a él y le dice cuánto lo ama. Ambos hacen las paces entonces y David le dice que sabe quien es la mujer a quien realmente ama y que no lo culpa pues él mismo una vez creyó amar a esa mujer, pero que le cuesta aceptar que a pesar de ello siga al lado de Isabela. Lisandro no puede creer que su hijo haya tenido amoríos con Raquel, comprendiendo así que la mujer no tiene límites. Habla con ella y le exige que se divorcie de Constancio y se aleje de su familia. Raquel se niega y descaradamente acepta sus amoríos con Davida asegurando que el muchacho en la cama es tan tigre como él, su supuesto padre. Al decir eso Lisandro se percata de que él se enteró de la verdad de su paternidad porque ella le tendió una trampa a Isabela. Le grita a Raquel cuánto la desprecia. Ella intenta explicarle que él ahora es libre y que los dos pueden estar juntos, como siempre debieron estarlo. Promete que se alejará de Constancio y todo para estar con él. Nada es suficiente pues Lisandro ya no quiere saber nada de ella. Al llegar a casa se toma una copa y sorprende a Alicia, con quien habla y se desahoga. Le confiesa que tiene una hija que desconoce. Ella entonces le confiesa que tiene una madre a la que quisiera conocer pero que nadie se atreve a decirle donde está. Él la abraza y le pide que no pierda las esperanzas.

Isabela llora amargamente. Es sorprendida por Nino, quien le pregunta qué le sucede. Ella es indiferente con él pero termina por desahogarse, harta de sus problemas, quejándose de ser tan fea que le perdió el interés su marido. Nino le asegura que es una mujer muy bella, capaz de enamorar a cualquier hombre. Isabela y Nino terminan besándose.

Iván se emborracha con Estefano, de quien es gran amigo y de quien ha aprendido muy bien a estadar a la gente con clase y elegancia, principalmente en el casino, donde ambos roban y se hacen de una pequeña fortuna.

Maria Luisa se enfrenta a Raquel, a quien promete que la hará arrepentirse de lo que le ha hecho a su hija y de haberse metido con Lisandro y con David. Aparece Constancio, quien al verlas discutir pregunta qué sucede. Maria Luisa está por hablar pero Raquel se le adelanta contándole lo del engaño de Isabela. Cuando Maria Luisa está a punto de desenmascararla, pues la considera una farsante, la astuta Raquel le dice a su marido que tiene muchos contactos y que descubrió que cuando le dio el infarto fue porque len su cuerpo había una sustancia venenosa. La misma sustancia que se descubrió había en los cuerpos de sus dos últimas esposas cuando éstas murieron. Nerviosa, Maria Luisa ríe y finge que todo es una broma de Raquel, quien termina aceptando que sí lo es y al estar nuevamente a solas con su cuñada le promete que si la descubre ante Constancio, la hará caer. Maria Luisa se pregunta cuál será la forma de acabar con esa mujer.

Raquel se topa con Alicia, a quien pregunta sobre su vida. La muchacha le dice que está buscando a su madre y que está a punto de descubrir quien es revelando que se llama Emilia y se apellida como ella: De la Riva. Nerviosa, Raquel le pregunta que hará cuando la encuentre y Alicia le responde que, a pesar de todo, la querrá, la abrazará y sabrá entender porqué la abandonó así como decirle que siempre le hizo mucha falta. Raquel llora. Alicia le pregunta que sucede y la mujer responde que ella también creció sin madre y que al igual que ella, de haberla tenido al menos una vez en persona le hubiera dicho lo mismo.

SEPTIEMBRE 2013. David no deja de investigar sobre Emilia, la madre de Alicia, quien repentinamente al estar con Catalina recibe la visita de Sergio, quien le cuenta que ya no tiene nada que ver con Enedina y que Macario repentinamente murió. Catalina insiste a Alicia para que regresen a Sonora pero la muchacha se niega pues está enamorada de David y a demás, está buscando a su madre, pues si Catalina no quiere decírselo ella misma lo investigará, mientras que David habla con Lisandro, quien parece estar hundido en una terrible depresión. Le cuenta lo imporible que es encontrar a Emilia De la Riva, a la cuál pareciera que sela ha tragado el mundo pues no hay informes de ella. Cuenta que esa mujer es la verdadera madre de Alicia y que fue adoptada por un hombre que ya falleció. Lisandro pareciera no tener cabeza para nada. Se sorprende cuando ante ellos aparece Julio, quien es tratado con mucha cordialidad por David. Julio le pide a su amigo que hablen y al hacerlo le pide perdón asegurándole que siempre quiso decirle la verdad pero que temía hacerle daño a David, quien ignora todo y busca a Alicia por la casa y descubre en el jardín a Isabela besándose con Nino. Se avalanza contra el chofer para golpearlo. Isabela los detiene y asegura a su hijo que si su padre, Lisandro, tiene otra mujer, ella también puede darse el gusto de buscar amor en quien quiera dárselo. David no puede creer que sus padres se engañen de tal modo. Busca a Alicia y cuando la encuentra se desahoga con ella, mientras que, a Isabela, Lisandro le muestra los trámites del divorcio y le pide que forme los documentos. Ella le pide perdón, que se den una nueva oportunidad pero él está más que decidido y habla con Constancio sobre lo que sucede. Constancio abraza al hombre y le pide que siemrpe sean amigos. Isabela firma el divorcio. Lisandro se marcha de la mansión Villavicencio.

Lisandro acude al casino y habla con Raquel, quien quiere besarlo, pero la rechaza y el exige que le diga en donde está su hija. La mujer insiste en que todo es una mentira pero aparece Gertrudis ya segura que no es así y que esa hija existe. Raquel abofetea a la mujer por traicionarla. Gertrudis la reta a que diga la verdad y de una vez comience a enfrentar los fantasmas de su pasado. Lisandro exige a Raquel que hable y ella acepta que sí tuvo una hija suya y que la regaló para que no interfiriera en sus planes de casarse con un hombre millonario que le diera la vida a la que ella estaba acostumbrado. Lisandro entonces la desprecia, le dice sentir asco hacia ella y le jura que encontrará a esa hija así sea lo último que haga en el mundo, por lo que acude a Julio, con quien se desahoga y le pide ayuda mientras que Raquel discute con Gertrudis, a quien le dice que jamás revelará quién es su hija no donde se encuentra. La mujer llora y Gertrudis le asegura que la única manera en la que pueda recuperar a Lisandro será confesándole la verdad.

Maria Luisa contrata un investigador que le lleva informes sobre Raquel y le dice que fue hija de Guillermo De la Riva, un millonario hombre de negocios, pero que se casó con tres hombres de los cuales dos murieron de manera inexplicable y uno, Braulio, simplemente desapareció. Maria Luisa lamenta que no pueda saber más de esa mujer por lo que acude a Gertrudis, a quien le exige que le diga la verdad. Gertrudis pone sobre aviso a Raquel, diciendole que su cuñada la está investigando seguramente para destruirla.

Estéfano hace un negocio en el que involucra a Iván, el cuál se siente acorralado y lo busca para perdirle ayuda pero no lo encuentra. Iván es perseguido por las autoridades. Pide ayuda a su madre, Maria Luisa, quien no puede creer que su hijo se haya involucrado en negocios sucios. La policía arresta al muchacho y lo envía a prisión, donde declara lo que sabe acerca del conde Estéfano De Merisa, al cuál rastrean pero no dan con él. Lo buscan en el casino de Raquel, donde le informan a ella lo que sucede. La mujer asegura que Iván siempre ha sido un borracho drogadicto que es capaz de investigar cualquier cosa pues ningun conde ha visitado el casino. La mujer se las ingenia para sacar al sobrino de su marido de la cárcel y él se lo agradece. Ella le dice que le tiene simpatía pues sabe que le puede ser fiel por lo que le pide qu eno vuelva a mencionar al conde y le haga un favor por el que ella le pagará muy bien: Asesinar a Constancio. Iván acepta y hace que u madre agradezca a la mujer por haberlo ayudado a que no lo encerraran en la cárcel. Maria Luisa intenta negarse pero de nueva cuenta Constancio la obliga. Isabela sí que se niega rotundamente y acusa a Raquel de ser la amante de Lisandro. Constancio enfurece, tiene una discusión con su esposa, quien lo convence de que lo que dicen todos es una mentira.

Lisandro se ha instalado en un hotel y no deja de pensar en sus problemas así como en el amor que siente por Raquel. Sufre por el engaño de Isabela pues él ama a David así como no saber el paradero de su hija. Recuerda las palabras de David así como las de Alicia y también el rechazo de la mujer hacia la muchacha. Recuerda que la madre de Alicia, aunque se llamara Emilia, fue adoptada por un hombre de apellido De la Riva. Llama a David y le pide que le diga como se llamaba ese hombre. David le dice que Guillermo y entonces Lisandro descubre que esa mujer, Emilia, no puede ser otra que Raquel, por lo que Alicia es su hija.

Maria Luisa descubre que Isabela tiene un romance con Nino pues los descubre en la cama. La abofetea vilmente acusándola de ser tan cualquiera como Raquel. Isabela se revela y asegura estar harta de su matrimonio el cual durante años solo ha sido una farsa. Asegura que que ha cansado y que desea recuperar su felicidad, sentir lo que es una mujer aunque sea con el chofer. Maria Luisa corre a Nino. Isabela se niega. 
Constancio descubre a las mujeres discutiendo y se entera de lo que sucede por lo que habla con Nino, quien le dice que ama a Isabela aunque fue contratado por Maria Luisa para enamorar a Raquel. Furioso por el plan de su hermana, Constancio discute con ella, quien le asegura que su mujer es una mujerzuela que solo desea arrebatarle todo y dejar a su familia en la calle. Constancio se estremece cuando Maria Luisa le afirma que Raquel y Lisandro han sido amantes desde hace mucho y que es por ello que el hombre e Isabela se han separado. Constancio se niega a creer lo que le dice su hermana por lo que le exige que agarre sus cosas y se marche. Ella se niega pero Constancio la obliga por lo que al marcharse Maria Luisa acude al casino, donde escucha hablando a Estéfano y Raquel quienes tienen una fuerte discusión. Él asegura amarla a pesar de todo pero ella lo rechaza, llamándolo Hilario Sánchez. El hombre se asombra al escucharla y ella le dice que sabe todo acerca de él, incluso que se crió en las calles y que tiene una madre hundida en la pobreza. El conde entonces se sincera y asegura que él sabe que ella es Emilia Chávez, una recogida que llegó al orfanato siendo una recién nacida, hija de un borracho de mala muerte y de una sirvienta que después de parirla murió hundida en la miseria. Raquel, desesperada, quiere creer que el hombre miente pero éste la lleva ante la tumba de sus padres y le asegura que también la ha investigado a fondo y sabe su verdad. Raquel llora amargamente pues ella siempre creyó que por su belleza había sido hija de gente de dinero. Estéfano le pide que huya lejos con él, que sigan siendo amantes, pero ella se niega pues no puede ser la mujer de alguien que proviene de la calle. Estéfano le asegura que no son tan diferentes y que a diferencia de ella, él solo ha robado pero no ha asesinado a nadie para hacer crecer su fortuna. Raquel confiesa como mató a sus maridos e incluso como asesinó a su madre adotiva. Maria Luisa, aterrada, entra y le jura que todos van a seber la clase de criminal que es. Sale y toma su auto. Tanto Estéfano como Raquel la acorralan en una persecución en la que la mujer sabe que puede perder la vida. La acorralan hasta que ésta sale de la ciudad y ya en carretera le causan un accidente mortal que hace que el auto se incendie y Maria Luisa muera quemada. Raquel y Estéfano bajan de sus coches y admiran la escena. Se toman de las manos.

Lisandro busca a Catalina y hablan del pasado de Alicia. Él asegura saberlo todo y estar seguro de ser del padre de la muchacha. Catalina llora y le dice que es verdad, que Alicia es la hija de él y Raquel. El hombre entonces busca a Raquel y le dice que ya sabe la verdad y que piensa decírsela a la muchacha. Raquel se lo prohíbe pero él está más que decidido y al primero al que le dice lo que sucede es a David, quien no pude creerlo y desde ese momento rechaza a Alicia con la idea de que son hermanos. Lisando le confiesa que eso no es verdad pues en el fondo él no es su hijo y que también eso lo acaba de descubrir. David llora pues jamás se esperó que su madre mintiera. Pregunta quien es su padre pero Lisandro se niega a decircelo. Aparece Julio y afirma que es él y que siempre lo quiso decir pero que no quiso ensuciar el nombre de Isabela, a quien David acude a reclamarle pero la encuentra en brazos de Nino. Están a punto de discutir pero Constancio recibe la noticia de la muerte de Maria Luisa y se los informa. Isabela no puede creer que su madre esté muerta y se refugia en su hijo, a quien le pide perdón. David le perdona y le pide que en nombre de ese perdón ella lo deje acercarse a Alicia, a quien el muchacho le cuenta que ha descubierto que su verdadero padre es Julio Linares.

Iván se encuentra con Estéfano y lo golpea por lo que le hizo. Estéfano se ríe y le asegura que los negocios siempre son así, pero que ellos seguirán siendo socios. Iván se niega rotundamente.

Isabela e Iván creman a Maria Luisa y la llevan a la capilla familiar acompañados de amigos y familia cercana. Raquel, llorando, les da el pésame pero Isabela la rechaza por lo que l amujer, fingiendo gran dolor, le dice que sabe de su relación con Nino y de la verdadera paternidad de David, por lo que le brinda todo su apoyo. Isabela no le cree pero sí Iván, quien cree que se ha quedado completamente solo y pide ayuda a Raquel, a quien le dice que él no puede ser capaz de matar a su propio tío, el cuál le ha dado absolutamente todo. Raquel lo llama cobarde y le exige que se marche de su presencia. Cuando la mujer está con Constancio, se alarma cuando éste le dice que ahora que su hermana ha muerto debe velar por el futuro de sus sobrinos, por lo que los considerará en su testamento. Raquel le exige que no haga eso pues siempre los ha mantenido y es tiempo de que ellos se encarguen de si mismos. Constancio se niega y sagura a su mujer que cambiará el testamento.

Catalina le dice a Gertrudis que Lisandro ya sabe la verdad. Gertrudis se lo dice a Raquel, quien cree que todo se le está complicando.

David le dice a Alicia que ya sabe quien es su padre. La muchacha se sorprende al saber que es Lisandro, por lo que piensa que ello son hermanos. David le cuenta toda la verdad y, a demás, le pide que se case con él. Son sorprendidos por Raquel, quien le dice que él no se puede casar con Alicia. David está decidido por lo que Raquel entonces le exige que le diga a la muchacha que ellos fueron amantes. Alicia no puede creer lo que escucha y reclama a David, quien le dice que eso sucedió antes de que ellos se conocieran. La besa y la convence de que solo la ama a ella. Alicia busca a Lisandro, quien la llama hija. Ambos se abrazan y entonces ella le pide que le diga quién es su mamá y en donde está. Lisandro le dice que no tiene caso que lo sepa pero la muchacha insiste tanto que se lo dice: Su madre es Raquel De la Riva. 

Llena de dolor, Alicia acude a enfrentar a Raquel y la jalonea, reclamándole. Raquel le suelta tremenda cachetada y acepta que sí es su madre pero que no quiere que nadie más lo sepa y que la regaló para triunfar, para ser alguien que no hubiera llegado a ser si la hubiera mantenido a su lado como un estorbo, por lo que se la entregó a su mejor amiga: Catalina. Alicia se va llorando, llena de dolor. Le dice a Catalina que ya sabe l verdad y que su madre la ha despreciado mientras que Iván descubre que Alicia es hija de Raquel pues la escucha hablando con Gertrudis. Seguro de que ella no es buena, se lo hace saber a Constancio, a quien le dice que su esposa le encargó asesinarlo a cambio de ayudarlo. Constancio no puede creer que Raquel sea tan perversa por lo que decide que le tenderá una trampa y pide a Iván que por su propio bien lo ayude. Iván se lo promete y le dice a Raquel que su tío hará un viaje al extranjero en su avión particular por lo que es el momento en que puedan deshacerse de él. A Raquel le extraña la repentina decisión de Iván, quien le asegura que hará el trabajo solo porque a cambio quiere que le de diez millones de dolares para irse lejos y desaparecer. Raquel acepta y le da el dinero suficiente para que se encargue de hacer explotar el avión de Constancio, quien se despide de su esposa y le asegura que llegará en unos días, no sin antes reportarse con el licenciado Portales, quien es de su entera confianza. Cuando el avión explota, Raquel se siente completamente feliz y liberada por lo que felicita a Iván, al cuál besa e intenta llevarse a la cama pero él la rechaza.

Estéfano se presenta ante Urbina, su madre, quien se llena de emoción al verlo. Él le dice que su vida ha cambiado y que aora le dará todo cuanto ella merece. La hace abandonar el cuarto de vecindad en el que vive y la lleva a un departamento, le compra ropa y la cambia totalmente. Urbina besa a su hijo, al que le está completamente agradecida.

Isabela se aterra al saber que la sirvienta e shija de su marido, al que le dice que se divorciarán pues ella ha descubierto que puede ser realmente feliz. Y lo es al lado de Nino.

Alicia ha dejado de trabajar para la familia Villavicencio y busca trabajo sin exito. Reciben de nuevo la visita de Sergio, quien les dice que su familia ha decidido mudarse a la ciudad y ocuparán la casa que ellas han habitado por tanto tiempo por lo que deben irse. Catalina pide ayuda a Raquel, quien le da el dinero suficiente para que se regrese a Guaymas con Alicia sin que David lo sepa. Le asegura que pronto acudirá a comprarles una casa para que no tengan que pagar renta nunca más.

El testamento de Constancio es leido por el Licenciado Portales, quien nombra como herederos a todos los miembros de su familia, incluyendo a Maria Luisa y explicando que en caso de faltar ella su parte de la herencia, que es la mitad de sus bienes, pase a manos de Iván e Isabela. Raquel se opone a ello y jura que impugnará el testamento pues ella no desperdició años de su vida como para que le toque una miseria. Isabela pelea con la mujer, a la que acusa de ser amante de Lisandro. Raquel se descara ante todos y acepta que sí, que fue la amante de Lisandro y también de David. Isabela la abofetea. Raquel quiere responderle pero Iván la detiene. Raquel llora en soledad pues ha perdido esta vez y está acostumbrada a ganar.

David busca a Alicia y descubre que se han ido de la casa en la que viván. Llora pues teme a que nunca pueda ver a la muchacha, quien junto con Catalina llega a Guaymas.

TIEMPO DEPUES: En el casino, Raquel se entretiene con Estéfano, quien le dice que quizás lo mejor que pueden hacer es irse lejos los dos. Ella lo rechaza por los motivos que ya él sabe. Cual es su sorpresa cuando la interpol llega a arrestar a Estéfano, acusandolo de todos los fraudes que ha cometido en demasiados países. Desean comprobar en donde tiene tanto dinero pero el hombre no dice absolutamente nada. Nadie sospecha que él ha enviado una carta a Urbina, donde le dice que debe desaparecer pero que ella es inmensamente rica, dejándole absolutamente todo. La mujer llora, pues aunque ahora tiene dinero no puede estar al lado de su hijo.

Lisandro e Isabela firman su divorcio. Ella, feliz, corre a los brazos de Nino, con quien ha decidido empezar una vida mejor con el dinero que heredó de Constancio y ha abierto un negocio que trabaja con su nuevo hombre, apoyada por su hijo, David, quien junto con Lisandro no se resiste a haber perdido a Alicia, la cuál desapareció y de la que nadie sabe nada.

Gertrudis le dice a Raquel que ha entregado a Catalina la casa en la que vivirá en Guaymas así como le dice que está cansada de trabajar y ha decidido retirarse a vivir a la costa, cerca de los suyos. Raquel acepta que la mujer le ha sido fiel durante muchos años por lo que acepta que se retire. Ambas se despiden con lágrimas y Gertrudis le aconseja a Raquel que luche por recuperar a su hija pues solo así podrá recuperar al hombre que ha amado siempre.

Urbina visita a su hijo Hilario (Estéfano) en la cárcel. Él le pide perdón por el daño que le causa y le promete que cuando salga de ese lugar los dos podrán estar juntos.

Iván le hace ver a Raquel que se ha quedado prácticamente sola y que no tiene a nadie. La mujer asegura no necesitar de nada pues tiene demasiado dinero y demasiadas amistades que, segun Iván, si ella no tuviera dinero se alejarían para siempre. La mujer busca a Lisandro, a quien le pide que hablen. Ella con llanto le cuenta las razones que siempre tuvo para casarse y asegura que ahora que tiene demasiado dinero se siente más sola que nunca pues no tiene a nadie. Lisandro le aconseja que recupere a su hija ahora que está a tiempo pues de lo contrario realmente estará completamente sola. Raquel le asegura que solo lo desea a él, que él es su mundo, su vida, pero Lisandro la rechaza por lo que ella decide emprender un viaje hasta Guaymas, donde sorprende a Catalina y a Alicia, quien le exige que se marche. Raquel, con tal de recuperar a Lisandro, pide a su hija que la perdone pero Alicia no está decidida pues sabe que la mujer ha cometido crimenes con tal de tener más dinero y ha tenido infinidad de hombres. Raquel reclama a Catalina haberle dicho la verdad a su hija y Catalina le responde que ya no podia callar ni seguir mintiendo. Llena de dolor, Alicia le exige a su madre que se marche lejos y no la vuelva a buscar nunca, pues la odia. Raquel llora al salir de la casita, acude al mar, donde se desahoga y se pregunta qué es lo que ha hecho. Allí la sorprende Lisandro, quien le dice que ha hecho lo mejor que pudo hacer y que aunque le lleve tiempo deberá luchar por recuperar a la hija de los dos. La besa y con lágrimas le dice que a pesar de todo él tampoco puede vivir sin ella. Se besan fuertemente. Le dice que la siguió.

Alicia se llena de emoción al abrir la puerta de su casa y ver a David, quien le dice que en cuanto supo donde estaba acudió a buscarla. Le entrega un anillo de matrimonio. Le ruega que se case con él. Catalina intercede pues Alicia apenas terminará sus estudios universitarios y no puede estar pensando en matrimonio. Ambos jóvenes se besan.

Paola y Sergio se conocen y entre ellos nace una amistad que poco a poco se convierte en amor por lo que deciden seguir juntos.

Raquel, quien ahora vive sola en la mansión Villavicencio, es sorprendida por Constancio, quien se burla de ella por haberse creido el cuento de que él está muerto. Le asegura que ha llegado su fin y que él mismo ahora viaja con guardaespaldas para librarse de todo mal que le pueda provocar una vívora como ella. Raquel confiesa todas sus fechorías al hombre, a quien maldice por haberla engañado y al que jura que aunque se cubra las espaldas no podrá escapar al poder que ella tiene, pues aunque él sea un político importante ella ha comprado a muchos en el gobierno que le harán favore a cambio de que sus cabezas no roden. 
Constancio la echa de su casa con su gente y llama por teléfono a Lisandro, a quien le pide que le haga un favor. Un favor que él disfrutará mucho. Lisandro acude a la mansión, asombrado por la repentina aparición del hombre, quien le cuenta que Raquel intentó matarlo pero él le tendió una trampa. Lisandro se entera de todas las fechorías de la mujer que ama y acude a reclamarle para decirle cuanto la odia y desprecia y la llama asesina. Se marcha no sin antes decirle que el testimonio de Lisandro va camino a gente importante, donde la acusará de todos sus crimenes y de lavado de dinero que ha hecho en sus casinos. Se va con la escolta del hombre sin que Raquel lo sepa y ésta llama a su gente, a la que exige que le quiten la vida a Constancio y da informes de qué auto usa y qué tipo de escolta lo acompaña. No sospecha que en ese auto va Lisandro, a quien los matones de la mujer asesinan en un tiroteo con la escolta y creyendo que es Constancio. Cuando Raquel mira en las noticias que al parecer el narcotráfico hizo de las suyas atacando Lisandro Montecinos, a quien le arrancaron la vida, estalla en furia y llona llena de dolor. Toma sus cosas y acude a la mansión Villavicencio, donde sorprende a Constancio, quien le asegura estarla esperando. El hombre se burla de ella y le jura que ese es solo el principio de su ruina. Llama a su escolta pero aparecen los matones de Raquel, quien ahora se ríe de él y le dice que no la conoce y que ella no actúa sin hacer antes un plan. Lo culpa de la muerte de Lisandro y entonces toma un enorme puñal con el que corta el cuello del hombre, al que abandona en la mansión, la cuál ordena que incendien. No sospecha que Iván lo ha visto todo. La mujer se apresura para ir al cepelio de Lisandro, donde todos la malmiran, principalmente Alicia, a quien la mujer quiere abrazar y nuevamente pide perdón, siendo rechazada. Raquel llora ante el féretro de Lisandro, pidiéndole perdón pues ella no sabía que todo se trataba de una trampa de Constancio. Raquel se marcha y se encierra en su casino, donde llora pues se ha quedado completamente sola.

Iván les dice a David e Isabela que él vio como Raquel asesinó a Constancio, quien todo el tiempo estuvo vivo y se había hecho pasar por muerto solo para tenderle una trampa a su esposa, quien mandó a asesinarlo y fue confundido con Lisandro. Alicia no puede creer que su madre sea una criminal y cuando en la lejana playa del sur de México, Gertrudis se entera por los periódicos de los acontecimientos, llama a Raquel, quien le dice que su vida ya no tiene ningun sentido. Gertrudis le pide a la mujer que huya lejos antes de que sea demasiado tarde. Raquel cuelga el teléfono y escribe una carta dirigida a su hija Alicia.

Iván confiesa ante las autoridades lo que sabe y éstas prometen a Estéfano que reducirán su condena si coopera confesando lo que sabe de Raquel. Éste confiesa por lo que la policia acude al casino para apresarla. Raquel los recibe con gusto, sin oponerse, y les pide que solo la dejen tomar su bolso de la oficina. La esperan afuera. Raquel mira una foto de Lisandro, al que promete que si no pudieron estar juntos en vida, lo estarán en la muerte. La mujer toma un revolver y se suicida, cuasando gran impacto en el casino, el cuál es clausurado.

Alicia y Catalina reciben a Gertrudis, quien les entrega una carta de Raquel, donde ésta le pide perdón a su hija y le jura que lo que le arrebató desde que nació se lo pagará de la única manera que sabe hacerlo para que recupere el tiempo perdido de la manera que a ella le convenga. Alicia no entiende y Gertrudis le dice que es millonaria. Inmensamente rica, tanto como para comprar el mundo entero si así lo quiere. Alicia intenta rechazar la herencia de su madre pero Gertrudis le pide que la acepte. Que se compre una casa grande, que ayude a los necesitados y a los huérfanos que, como Emilia, viven con la incertidumbre de no saber quienes fueron sus padres. Catalina alienta a Alicia y ésta temina por aceptar. Toman las cenizas de Raquel y las llevan al cementerio donde descansan sus verdaderos padres.





FIN





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